lunes, 24 de junio de 2013

1988 - Encuentros Cercanos - Nippur Magnum


No fueron muchos los episodios de Sandokan que dibujé a lápiz para la tinta de Diego Navarro. Después de un tiempo, Antonio Presa, jefe de arte de Columba, decidió confiarme el lápiz de una exitosa serie escrita por Ricardo Ferrari para Nippur Magnum, la revista más nueva de la editorial:  Encuentros Cercanos. Su titular era Demian Parmeggiani, quien continuaría pasándola a tinta.


La única foto que tengo del inolvidable Presa, en el festival Frontera,  Morón, 2005, con Silvestre Szilagyi y Sergio Mulko

Con Ricardo Ferrari y Sergio Mulko, en una nostálgica reunión con la gente de Columba, en 2011

Todo esto ocurría sin descuidar mi trabajo en los estudios de Jaime Díaz, donde ese año me tocaría dibujar una serie con un personaje desconocido en estos lares, Ed Grimley, quien en realidad era un actor cómico de carne y hueso con mucho éxito en el país del norte.

Uno de los tantos partidos de fútbol con que nos distraíamos del intenso trabajo y aprovechábamos para reencontrarnos "los de Columba", los de Humor", "los de Jaime" Fer Mut, Rubén Meriggi, Armando Fernández, un amigo, Walter Alarcón y Alberto Caliva; abajo: Massaroli y Peni.

Había conocido a Ferrari en el estudio Nippur 4, cuando Ricardo era un joven principiante a las órdenes de Robin Wood. Siempre admiré sus guiones; siempre fue un placer dibujarlos. Ignoraba que comenzaba la más larga colaboración de mi carrera para Columba. Cinco o seis años dibujando Encuentros Cercanos me hicieron considerar esa serie finalmente "¡mía, mía, míaaa!", como diría el viejo y querido Profesor Neurus.


lunes, 17 de junio de 2013

1987 - Regreso a Columba - Sandokan - Fantasía

Fue un año de enorme actividad en el estudio de Jaime Díaz, 1987, cuando dibujamos layouts para un par de largometrajes de Los Picapíedras y Los Supersónicos y el resto del año, Pitufos, Pitufos ¡y más Pitufos! Aquí, los dibujantes "serios" empezaron a desaparecer y fuimos quedando sólo los que nos "animábamos" a pasar de Rambo a Scooby Doo y viceversa, sin parpadear.

¡Así me sentía a veces!

Eso no me impidió, o tal vez fue justamente por eso, por el exceso de Pitufos, que, presa de la nostalgia por el mundo de la historieta,  me diera al fin una vuelta por Columba, hablara con el inefable Antonio Presa y consiguiera la posibilidad de dibujar Sandokan a lápiz para la tinta de Diego Navarrro, titular de la serie en la revista Fantasía. Los guiones eran de Oscar Armayor.



Navarro fue integrante del estudio Géminis por un tiempo. Aquí, con Ramón Gil, Ana Favazza, Ángel Fernández y Horacio Merel, además de un servidor.

Habían pasado... ¡diez años! desde que yo dejara Columba, cuando me vi ante la disyuntiva de volver a imitar a otros dibujantes o irme. Luego de tanto trabajar en dibujos animados, donde lo más natural es cambiar constantemente de personajes y estilos (nunca el propio), ya no me parecían un problema las imposiciones de la editorial. Los deseos de volver a hacer historietas eran más fuertes. Tenía mucha más experiencia, claro, lo que me daba armas para "salirme con la mía" y a la vez conformar al editor. No fue fácil, pero era un lujo que, entre Pitufos, Scooby Doos y Picapiedras, me quería, me tenía que dar.

lunes, 10 de junio de 2013

1986 - Pan y Trabajo - San Martín de Porres


El estudio de Jaime Díaz Producciones empezó 1986 trabajando intensamente. En la sección de layouts, bajo la supervisión de Armando Dacol y Manuel Cativa, series como Rambo y Chuck Norris reclamaron más dibujantes "serios", principalmente provenientes de Columba, como  Sergio Mulko, Carlos Leopardi, Saichan, Vitacca, Klacik y hasta el mismo Haupt, un maestro, pasaron por allí, sin olvidar a glorias como Héctor Torino, Jesús Balbi, Mannken  Chiche Medrano, mi antiguo "jefe", y el joven Carlos Meglia, ya un fuera de serie.


 Estudio Géminis. Pancho Camet, Massaroli, Caliva, Horacio Merel y Gaspar

 Caliva, en Géminis, cada tanto tomaba por modelo a algún dibujante distraído

Para los integrantes del estudio Géminis, era un descanso recalar en nuestro propio espacio cada vez que podíamos y desarrollar algunas tareas más afínes a la vocación por la historieta, que no nos abandonaba. Alberto Caliva había heredado de Diego Navarro una historieta mensual para la revista Pan y Trabajo, y no siempre tenía el tiempo suficiente para dibujarla completa. Muchas veces lo ayudaron Ramón Gil o Gaspar González, y alguna vez me tocó a mí. Éste fue el resultado de una de ellas, con lápíz mío y tinta de Caliva:




Con Torino y Leopardi, tras una dura jornada en Jaime Díaz Producciones.

Tuve el privilegio de bocetar muchas de las escenas de Wildfire que Balbi terminaría con su trazo preciso, indestructible, genial. ¡Qué orgullo haber trabajado con semejante maestro y contado con su amistad!


La serie que dibujamos ese año para Hanna-Barbera, Wildfire, completa, de cabo a rabo, con el tiempo se convirtió en una serie de culto en muchos países... Allí se creó un gran clima de camaradería entre los historietistas "exiliados" en aquel hospitalario estudio de animación.  Se ganaba bien, se estaba entre amigos. Pero yo extrañaba la historieta. Mucho...

lunes, 3 de junio de 2013

1985 - El Topo Gigio - García Ferré

A comienzos de 1985 mi carrera cambió de rumbo de forma drástica: empecé a trabajar en los estudios de animación que el dibujante chaqueño Jaime Díaz había montado en la calle Perú al 500. Primero llegaron vagos rumores al estudio Géminis, luego Ramón Gil empezó a ir seguido para allá a practicar la nueva técnica. Lo siguieron otros compañeros y amigos: Peni, Mannken, Morgan, Caliva, Gaspar... Varios de ellos volvían contando maravillas... ¡y dólares!. Empecé a quedarme solo en Géminis. Hasta que al fin me decidí y allá fui, en busca de mi destino...






 

Parte del equipo de Jaime Díaz en 1984, un año antes de mi incorporación: Oscar Saavedra, Armando Da Coil, Jaime Daz, Raúl Barbero, Mordillo (de visita), Cedrés, Caro, Quartieri, Álex Salas y Carlos Constantini; abajo: Manuel Cativa, Luque y Sánchez.

Allí, en un gran edificio de varios pisos, se producía gran cantidad de dibujos animados para Hannah-Barbera, de Estados Unidos, y se aprestaban a iniciar una nueva rama de la actividad: el layout, paso previo a la animación, indispensable para una producción en serie como exigía el mercado televisivo. Estaban por trabajar con una serie "épica": Galtar and the Golden Lance, y necesitaban dibujantes de estilo realista. Varios integrantes del estudio Géminis ingresamos en aquella oportunidad. Luego se agregaron otros que provenían de Columba. la noticia corría rápido y era un momento en que no abundaba el trabajo.

Los Cuatro de Géminis. En aquellos tiempos, los socios efectivos del querido estudio de la calle Lavalle éramos Ramón Gil, Alberto Caliva, Gaspar González y un servidor. Menos Gaspar, todos entramos a trabajar "en lo de Jaime"

Concurriendo diariamente al enorme estudio, donde no sería exagerado calcular en unos 50 artistas o más los que trabajaban allí, me reencontré con viejos amigos y conocidos de García Ferré. Entre ellos, Falín, talentoso creador del Recluta Tanga, al que yo disfrutara allá en mi infancia. Al poco tiempo, Falín me ofrecía pasarle a tinta esta historieta del Topo Gigio, personaje popularizado por el siempre vigente Manuel García Ferré. La publicaría una revista del mismo nombre creada por Juan Carlos Bernat, quien ya estaba editando Jardincito, con la jefatura de arte de Miguel Luis Matejka. Ambos eran viejos conocidos míos de la revista Anteojito y ahora conducían una nueva empresa: Ediciones TO-GA. No era mi especialidad el trazo riguroso, casi obsesivo, modulado, fino-grueso como lo llamaban, típico de las historietas en la línea infantil de Disney, Patoruzú, García Ferré, pero una lección que uno aprende rápido en este oficio, es a no decir nunca "No". Así que...








 Exponiendo un dibujo de Orquídeo Maidana en una muestra de la ADA en las Galerías Pacífico, en octubre. Nunca recuperé el original.

  Escena  de mi casamiento, en diciembre, con Peni, Ramón Gil, Pablo Pereyra, Enrique Meier, Horacio Merel y abajo Rubén Meriggi, hijo de Merel y Miguel Rep

Fue un año de mucho trabajo. Al mismo tiempo, yo estaba dibujando para La Voz la vida de El Chacho Peñaloza y luego, ante un cambio repentino de dirección del diario, la tira de mi personaje Orquídeo Maidana, hasta la desaparición del diario, casi a fin de año, cuando se terminaban los capítulos de Galtar. Buen momento para casarme? Dios lo diría...