lunes, 25 de marzo de 2013

1975 - Haakon - revista El Tony

A fines de 1974 me encuentro por primera vez con Lito Fernández en un bar de la avenida 9 de Julio, a media cuadra de las oficinas de la editorial Record. Con él estaba el que sería un gran amigo de toda la vida: Silvestre Szilagyi. A raiz de ese encuentro, empecé enseguida a trabajar con Lito. Una colaboración que duraría casi dos años y fue la verdadera escuela en la que aprendí la técnica de la historieta, al lado de un MAESTRO con todas las letras, excelente persona y del que me precio, todavía ahora, de contar con su amistad inclaudicable.


¡Gracias, Rubén Ribeiro, por la tapa y datos!

 La imagen que yo teníia de Lito Fernández antes de conocerlo, tal como lo "escrachaba" la revista Turay, a mediados de 1974
 
 Con Lito en 2012, el mismo respeto, el mismo afecto.

Allá iba yo todas las mañanas en el tren que salía de Retiro, me bajaba en Belgrano y llegaba a la esquina de la calle Zapiola en que todavía se levanta una pintoresca mansión de otrora, devenida en hotel o pensión. Allí tenía su refugio Lito, junto a Cecilia, su esposa. Siempre me hicieron sentir como uno más de la familia. Hasta compartíamos almuerzos. Para alguien como yo, que venía del interior y no conocía mucha gente en la capital, fue una muestra de generosidad que me hizo mucho bien y que siempre agradeceré.


Lito venía dibujando un personaje escrito nada menos que por Héctor G. Oesterheld: Haakon, cuyos dibujos a lápiz hacía Szilagyi desde el comienzo. En determinado momento deciden dejar la serie. Y tras la mediación de Lito con el jefe de arte de Columba, Presa, Haakon cayó en mis manos. Esta es la primera historieta que dibujé completamente para la revista El Tony (El Tony Supercolor Nº 3, publicada el 2 de Marzo de 1976).

Todo se iba dando tan naturalmente que yo no terminaba de asumir el privilegio que significaba tener un guión del creador de El Eternauta en mis manos. Ya había pasado a tinta fondos, ya le había dibujado otras historietas a lápiz para Lito, pero ahora tenía la posibilidad de interpretar por mí mismo uno de esos preciados guiones. En la pieza del hotel en que yo vivía, en las horas libres que me dejaba el trabajo diario con Lito, surgió el primero de una serie de varios episodios del rubio personaje. Hice todo lo que pude, claro.

lunes, 18 de marzo de 2013

1974 - Canción Para la Libertad - Columba

Durante 1974 redoblé mis esfuerzos para publicar en la editorial Columba. llevaba muestras de acuerdo a lo que el jefe de arte, Antonio Presa, me pedía, sin lograr dar en el clavo. Finalmente (¿septiembre, octubre...?), Presa me avisa que un dibujante, Julio César Medrano, más conocido como Chiche, a quien yo conocía y admiraba por su seudónimo John Lawrence, necesitaba un ayudante, y allá fui. Trabajé unos tres meses con él y ahí, en su estudio de la calle Perú al 500, pude conoce la "cocina" de la historieta, con un profesional que había tenido amplia experiencia en la historieta bélica, por sus años de trabajo para Inglaterra. Aprendí mucho,

La entrada al estudio del belicoso Chiche Medrano, en uno de los pisos superiores. 

Con la experiencia adquirida en pocos pero intensos meses, llegó el momento en que Columba decidió confiarme un guión. ¡El primero! He aquí el resultado, publicado en 1975 ( 22/05/1975), pero dibujado lenta y minuciosamente a fines del '74, en los escasos momentos en que no estaba cumpliendo mi horario en García Ferré o ayudando al Chiche en sus trabajos para Record , Columba, Fleetway o la DC. Por supuesto, de acuerdo a lo acostumbrado por Columba, el, estilo estaba tomado de mi empleador, con la anuencia de él mismo, que llegó a decirme, entusiasmado: "¡Cópieme, Massaroli, pero cópieme bien, así les hago juicio...!"

Otro sueño cumplido: ¡estaba en Columba! Tenía 22 años...
















 

El guión era de Henry Moseley, evidente seudónimo de algún guionista al que no llegué a conocer. Lamentablemente no conservo la revista completa, por lo que no recordaba en qué revista había salido, hasta que el amigo Rubén Ribeiro me facilitó los datos y la tapa, por lo que ahora compruebo que fue en una D'Artagnan, así que... ¡Muchas gracias, Rubén!

lunes, 11 de marzo de 2013

1973 - revista La Mujer del Pasado - Mopasa

1973 fue un año decisivo en mi carrera, no sólo por haber ingresado en la editorial García Ferré, sino porque apenas unos meses después, en octubre, pude publicar mi primera historieta: La Mujer del Pasado, en la revista  Más Allá del Terror, que dirigía el Turco José Alegre, pintoresco personaje del submundo de la historieta, a cuya legendaria editorial, Mopasa, íbamos a recalar todos aquellos que éramos rechazados por Columba, para foguearnos y volver más adelante. Una gran misión la de Alegre, después de todo, compensada con las endémicas dificultades para poder cobrarle. En aquel número 13 de la revista, publicaron también Mario Morhain y Furlino.


Nunca más supe nada del guionista, José Manuel Fuentes Font, a quien tampoco conocí en mis escasas visitas a la editorial, ubicada en una oscura oficina de la calle Bolívar al 500. A quien sí volví a ver más adelante, en diversas cirscunstancias, fue a Miguel Prystupa, quien era una especie de socio, factótum o jefe de arte del enigmático Turco.



Imbuído de las enseñanzas de Borisoff y Pereyra en el IDA, más mis nocturnos estudios de los libros de Loomis, no pude menos que, al tener la oportunidad de dibujar mi primer historieta para publicar, empecinarme en ser mi propio modelo. Muchas de las poses que adopta el personaje fueron dibujadas del natural, frente a un espejo. La campera, tras algunas reformas en los '80... ¡todavía la tengo! Sí, la quiero mucho, uno no se desprende de ciertas cosas tan cargadas de recuerdos. Una o dos veces cada invierno, ¡todavía me la pongo! Ya no viene cuerina de esa calidad... El personaje del cartero soy yo mismo, como me veía en aquellos tiempos. Los dos chicos que pasan por la calle eran mis primitos de Ramallo: Roberto y María Rosa. Así inauguré la inveterada costumbre de dibujar amigos y conocidos cada vez que el guión me lo sugiere, que nunca dejé de practicar.

El Hotel Unión, donde vivía por aaquellos años

Por supuesto, cuando salió la revista compré media docena de ejemplares para repartir entre amigos y parientes. El orgullo que sentía aquel joven de 21 años, se puede medir por el tamaño de la firma. El tiempo me iría enseñando la moderación y la modestia, pero todavía faltaban algunos golpes para eso.

sábado, 2 de marzo de 2013

1973 - revista Aventuras de Hijitus - García Ferré


Este año, 2013, veo con asombro, tal vez con estupor e incredulidad, cómo se cumplen cuarenta años desde aquel día de otoño en que atravesé por primera vez el umbral de Producciones García Ferré, sintiendo oscuramente que terminaba una etapa en mi vida y empezaba otra, definitiva.




Hasta entonces, había vivido llenando toneladas de papel con dibujos, había hecho una pila de historietas tan amateurs que estaban dibujadas de los dos lados de la hoja y cosidas con hilo y aguja, tapa incluída; había vivido la odisea de dejar mi pueblo, Villa Ramallo, para arrojarme a las entrañas desconocidas y amenazantes de la gran ciudad. Buenos Aires, a la que me imaginaba con los fondos de las historietas de Patoruzú: claros, limpitos...; había vendido Curitas por las calles, había cargado heladeras y lavarropas en una empresa de artículos para el hogar mientras estudiaba por las noches en el IDA, junto a tres grandes Maestros: Pablo Pereyra, Ángel Borisoff y Narciso Bayón.

IDA, circa 1977: ...(algunos nombres no recuerdo)... Massaroli, Teresa, Carlitos, Alberto Seco, José Colamussi...; abajo: Vicky, Víctor Toppi, Pablo Pereyra, Alicia, Lidia Akamine y Juaro Romero

El azar quiso que mi tío Pancho, encargado de una estancia en los campos de Ramallo, conociera a García Ferré y se le ocurriera recomendar a aquel sobrino "medio loco que anda haciendo dibujitos en la Capital". Don Manuel, siempre atento a nuevos artistas, le indicó que fuera a verlo y ahí estaba yo, el 6 de junio de 1973, habiendo mostrando mis dibujos y sido aceptado, entrando en la pequeña recepción en que una simpática Elisa me recibió muy sonriente. Afuera quedaba el frío de la calle; se estaba bien allí. Me presentaron a mis compañeros de equipo: Raúl Barbero, aún mi gran amigo, Roberto Bat, el jefe del equipo, Rafael Bossio. ¡Iba a trabajar en el equipo de la revista quincenal Aventuras de Hijitus!

Con García Ferré en 2010, cuando pude testimoniarle todo mi agradecimiento por haber confiado en aquel muchacho principiante y haberle dado la posibilidad de ingresar al mundo del dibujo y aprender, aprender, aprender...  

Una vez conducido a una oficina grande, abarrotada de mesas llenas de páginaa a medio dibujar, ese mismo día, fueron apareciendo mis nuevos compañeros: Leandro Sesarego, "Cuerito" Rodríguez Uzal,  Gladys EsquivelTurconi el corrector... Luego llegarían Hugo Casaglia, Goyo Mazzeo, Néstor Córdoba, Néstor DÁlessandro, Palmioli y los compañeros que siguen siendo grandes amigos: Natalio Zirulnick, Santiago Scalabroni, Alberto Grisolía, Patricia Breccia, Carlos Corrales y tantos otros...  De pronto, ¡estaba instalado en el corazón mismo del mundo del dibujo!



¿Un sueño cumplido? ¡Sí!... Pero al día siguiente hubo que despertar y comprobar que el esfuerzo tenía que ser diario,  el estudio constante y la atención nclaudicable si quería seguir allí y "hacer carrera". No era fácil. Hice lo que pude... y tan mal no me fue, porque aquí estoy, cuarenta años después, sin haber dejado jamás de dibujar historietas de todas clases. Buenas, malas, cobradas o sin cobrar, no importa tanto como el hecho de que desde aquel día, he vivido en el mundo que elegí: el de la magia, el dibujo, la historieta, la aventura. ¡Cómo no darle las gracias, don Manuel! ¿Cómo no agradecer a todos los que me ayudaron (y ayudan ) a lo largo de este difícil pero único y maravilloso camino de la historieta?...  ¡MUCHAS GRACIAS, COMPAÑEROS DIBUJANTES; GUIONISTAS; HISTORIETISTAS!

AVENTURAS DE HIJITUS Nº 53
"El Regreso del Zorro" 













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Durante este año, en la medida de lo posible, iré haciendo un recorrido año a año por este largo camino, , subiendo una historieta a la semana por cada año transcurrido desde 1973, hecha o publicada ese mismo año. Para empezar, hemos visto la primera historieta en que trabajé como fondista: el N° 53 de Hijitus,  que, perdido en los avatares de mudanzas, préstamos y olvidos,  volvió a mis manos gracias al amigo Luis Ardouin (Lardouin), cuyo blog sobre las revistas de García Ferré recomiendo calurosamente y a quien agradezco muchísimo el recuperar estas queridas páginas.

José Massaroli